El Barris Nord sueña con una temporada memorable. Y motivos no le faltan. O esto parece decidido a demostrar el equipo de Gerard Encuentra partido tras partido. El ICG Força Lleida ha firmado otra noche mágica aprovechando la euforia del momento más dulce de la temporada. Victoria colosal contra uno de los gigantes de la categoría por seguir rompiendo esquemas. Hoy ha sido el San Pablo Burgos quien no ha sobrevivido al arrebato de los leridanos (77-72).
Antes de empezar el encuentro, el Barris hacía un reconocimiento a Troba por el centenario de partidos al frente del equipo. Al arrancar el enfrentamiento, la felicitación personalizada de Hasbrouck en forma de triple por arrancar con buen pie. El conjunto del Segrià jugaba con vértigo y encontraba puntos mediante combinaciones rápidas. Todos los jugadores eran conscientes de que la tensión debía ser máxima frente a uno de los equipos con más talento de la categoría, que se han puesto por delante a partir de varios ataques en transición.
Hasbrouck cortaba un buen parcial de los visitantes con el segundo triple del enfrentamiento y un Lobo estelar ajustaba el partido con cinco puntos en sus dos primeras intervenciones y ponía a diez mil revoluciones al Barris. El propio Lobo cerraba un primer cuarto de traca dando una ligera ventaja de 25-22 al ICG Força Lleida.
El inicio del segundo cuarto fue impreciso por parte de los Terra Terra Ferma, que veían cómo el Burgos se volvía a poner por delante en unos minutos de poca producción ofensiva. Kuath rompía la sequía con su reincorporación al partido. La presión de un Barris que volvía a presentar una muy buena entrada se hacía nota forzando a un Speight inspirado en fallar dos tiros libres seguidos y desatando la euforia con un nuevo triple de Kenny Hasbrouck, dueño y señor del partido, en la jugada posterior.
Con una antideportiva más que discutida a favor de San Pablo Burgos y un triple final de Brito, el partido encaraba el descanso con un ajustado 41-42.
DE LA PRUDENCIA EN LA EUFORIA
Conscientes de que el enfrentamiento se decidiría por los pequeños detalles, el equipo ha empezado más enchufado con los triples de Matulionis y Simeunovic para marcar terreno. Una defensa muy atenta ha dejado sin anotar en el San Pablo Burgos durante casi cuatro minutos. El ICG Força Lleida se sentía superior, pero el talento individual de los burgaleses aparecía en el momento más delicado para darle la vuelta al partido. Los visitantes estiraban su máxima ventaja hasta el 55-61 que mostraba el electrónico al final del tercer cuarto.
El partido parecía haberse quedado empantanado durante el final del tercer cuarto y el inicio del último. Pocos puntos a ambos lados y un juego muy trabado. Pero no hay nadie que baje al barro como lo hace Rafa Villar y pocos tienen el sentido del clutch tan desarrollado como Kenny Hasbrouck. La determinación del base y la magia del escolta han sido los mejores ingredientes para empezar a cocinar la remontada. Una conexión entre ambos empataba el partido a 65 después de muchos minutos por debajo y el Barris se convertía definitivamente en una olla a presión.
El Burgos se mostraba resiliente volviéndose a poner tres puntos por encima a falta de dos minutos. Pero, de nuevo, Hasbrouck, tocado por una varita, lo empataba desde la larga distancia. El equipo ha sacado las garras alentados por los suyos en el momento de la verdad, prohibiendo cualquier intento de anotación de los visitantes y mostrándose infalible desde la línea de personales. Hasbrouck y Villar mostraban nervios de acero anotando unos disparos libres cruciales y, haciendo honor al trabajo de todo el partido, el equipo aseguraba la victoria desde la defensa. El ICG Força Lleida no quiere despertar. Y se ha ganado todo el derecho a seguir soñando una semana más.
